Y no estoy enojado.

Hace tiempo y nuevamente ayer oí que Dios no escucha a los necios. Lo escuché con el mismo tono, con la misma maldad de todo aquél ignorante que cree conocer a Dios y cree poseer su monopolio. ¿Dios no escucha a los necios? ¡Qué pobre sería Dios! ¡Qué lamentable su sordera! ¡Qué triste su invalidez! ¡Qué pobreza de reino! 

No lamento decir, que Dios no es mío, ni tuyo, ni de nadie. En todo caso tú, yo y todos seríamos de Él. 

Muchos se reúnen los domingos y en 30 minutos y un sermón creen que ya cumplieron. Sólo conocen lo que se dice de Dios, de oídas. Ni siquiera han tenido la valentía de leer la Biblia o el Corán o un libro que hable de Él y se aventuran a suponer que lo conocen, que hasta saben a quién escucha y a quién ignora. 

Muchos han leído los libros santos y los libros que tratan el tema de Dios y no han tenido la valentía de conocerlo. Es como hablar del amor, sin haberse enamorado nunca. ¿Pero con qué descaro? ¡Y qué ironía de la vida suponer que sí Dios te escucha a ti, no escucha a los otros! 

¡Quiero conocer un hombre que no sea necio! Todos somos necios en algo y por decirlo de la manera más sencilla: ¿Nunca has cometido el mismo error dos o tres veces? 

¿Pero qué sabes tú de Dios? ¿Y qué sabes tú, sí escucha o no escucha? Si ni siquiera has tenido tiempo para conocerte a ti, mucho menos a Dios; y te has enajenado con creencias de otros, con pensamientos de otros, con ideas de otros, con miedos de otros y no te has atrevido a tener tus propias creencias, tus propios pensamientos, tus propias ideas ni tus propios miedos.

¿Pero por qué me sorprendo? ¿No hablan en nombre de Dios todos los hombres perversos que asesinan y roban en su nombre? ¿No se sienten seguidores de Dios todos esos hombres que no saben ni qué es la ética y que se basan en una moral que ni siquiera conocen? ¿No son hipócritas aquellos que hablan de Dios y por otro lado intentan defraudar? ¿No son cínicos quienes condenan y por otro lado son chapuceros, ventajosos y tranzas? ¿No son estos los que cambian la lealtad por unas monedas?

¿Hay alguien más necio que habla de lo que no conoce? Si tú eres una de esas personas que dice que Dios no escucha a les necios, te sorprenderá saber que Dios escucha a todos y tú eres la mejor prueba. 

Parábola del publicano y el fariseo.

FG: Esta es mi respuesta.

 ¿Ya despertaste?

Gracias por leerme.

José, 

A esta vida vine a vencerme.

Twitter: @JoseElPensador

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