domingo, 16 de junio de 2013

Cuestión de ganas.



Hablamos, decimos frases fabricadas en serie. Repetimos las oraciones y el conjunto de sonidos que parecen tan estudiados y al mismo tiempo tan profundos, pero muchas de nuestras frases preferidas son en realidad hermosas tonterías. 

Como si fuera un secreto de negocios, un consejero dice: "¡Échale ganas!" Pero lo dice en un tono tan serio y profundo que parece el mejor consejo de negocios.  ¿Y eso qué es? ¿Qué significa "echarle ganas"? Es tan absurdo, tan vago, tan sin sentido.

Es curioso, damos palabras vacías disfrazadas de consejos, por ejemplo cuando alguien está triste, nunca falta el tonto que dice: "¡Pero no estés triste!" ¡Como si esto fuera tan simple! No sé si han escuchado a alguien que con la seguridad de un profeta dice: "Deja de fumar, te va a matar" Cualquier persona con algún vicio sabe lo complicado que puedo resultar esto. 

Las palabras no deben llenar los espacios de silencio, mucho menos debemos usar las palabras para llevar a las personas a callejones sin salida: "Pues olvida a ese hombre, ni te quería" ¿Y cómo se olvida? ¿Alguien sabe los pasos para lograrlo?

Hablamos, pero hablamos sin sentido, decimos lo primero que recordamos que decía la tía, la abuela o la vecina, pero ni para ellas, ni para nosotros sus frases estructuradas sirven de algo.

Si alguien tiene depresión, nunca falta el acomedido que dice: "Báñate, sal y ya, que se te vaya esa tristeza" ¿En verdad la cura para la depresión es un baño? 

Cuando alguien debe mucho dinero: "Pues paga tus deudas y vas a ver que estarás más tranquilo." ¿En serio existirá alguien que se endeude para perder su tranquilidad?

Si alguien tiene un examen muy difícil de una materia que no entiende: "Pues estudia mucho" Si al estudiante no se le había ocurrido estudiar mucho, mejor que no estudie, si algo tan obvio no se le había ocurrido, no podrá pasar ningún examen.

El consejo para los matrimonios en crisis: Échenle ganas.

¿Qué es "echarle ganas"? Porque como intenté mostrarlo, parece ser el remedio para un negocio, para bajar de peso, para salir adelante y hasta para terminar una carrera. 

"Echarle ganas" no sirve de nada, se deben encontrar soluciones reales y precisas. Debemos buscar estrategias que nos lleven a resolver las distintas situaciones. 

"Echarle ganas" es tan sólo un boleto para extender la agonía. Pero es también la forma más barata de no involucrarnos en los problemas ajenos y al mismo tiempo dar la impresión de que "dimos" algo. Esto es muy cobarde.

Intentemos no hablar por hablar. Necesitamos nuevas respuestas a las viejas preguntas. No des consejos, es mejor que brindes tu apoyo. Ya es tiempo de cambiar el tonto "Échale ganas" por un sincero: ¿Te puedo ayudar en algo?

A esta vida vine a vencerme.
Sígueme @JoseElPensador
Gracias por leerme.
José,
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