domingo, 18 de diciembre de 2011

Sueña.

Juanito fue un niño como cualquier otro que vio las carencias de su casa. Podemos sustituir "carencias" por una lista de palabras que tu prefieras: Amor, compañía, tiempo, dinero, comida, seguridad, algún familiar... y la lista podría ser muy larga. .

Un día en especial, cuando las carencias fueron grandes, Juanito llegó con su mamá y le dijo: "Mamá, cuando sea grande, nunca tendremos carencias como las que estamos viviendo ahora mismo. La mamá de Juanito le contestó: No me estés quitando el tiempo, ya quiero ver cuando seas grande a ver si como roncas duermes. Juanito no pudo decir nada. Pero al otro día en la escuela, llegó con su maestra y le dijo: ¿Sabe? Creo que he desperdiciado mucho el tiempo, quiero ser un buen estudiante, el mejor de mi clase, de grande quiero ser un gran doctor. La maestra le dijo: Mira Juanito, aquí en el pueblo no hay preparatorias, puedes esforzarte mucho, pero la verdad aquí todos son campesinos y no creo que tus papás te puedan mandar a estudiar a la capital. Juanito un poco decepcionado, regresó a su casa y le dijo a su papá: Cuando sea grande, quiero ser doctor, quiero estudiar mucho y ayudarte. El papá de Juanito sonrió y le dijo: Eso dices para no ayudarme ahorita, lo que quieres es irte a jugar en vez de ponerte a trabajar. 

Pasaron los años y Juanito decidió pedirle a su novia que se casaran. Había pensado en una boda muy grande, con muchos invitados y que ella fuera la novia más linda del pueblo. Su novia sonrió y le dijo: ¡Juan! ¿Nunca vas a despertar? Mira, no pido mucho, sólo quiero que tengamos una casita, que mi familia vaya a la boda y ya con eso tenemos para empezar, después veremos.

Esta historia no sé si la leí, me la platicaron o es parte del subconsciente colectivo, pero sé que no la soñé. Y no la soñé, porque hasta hace poco tiempo me di cuenta que había olvidado soñar. Creo que nos envolvemos en los problemas de la vida diaria o quizá porque tenía atrofiado el músculo de los sueños o quizá porque... por lo que quieran. Pero hace unos días alguien me recordó que podemos soñar. En realidad me recordó que debemos soñar. Todos sabíamos soñar, pero alguien o algo nos fueron atrofiando esta necesidad. Pero les tengo buenas noticias: Soñar es sencillo, sólo debes recordar que sabías hacerlo.

Debemos diferenciar entre soñar y codiciar. Porque codiciar se limita a lo que tiene alguien más y lo quiero para mí. En cambio soñar es más amplio. Estoy seguro que alguien soñó algún día con llegar a la luna y lo logró. Alguien soñó con una mejor casa o con una familia más funcional. ¿Y tu con qué sueñas? ¿Sueñas? ¿Puedes recordar tus sueños con orgullo? ¿Sueñas y te da risa... será que te burlas o que te emocionas?

Y este es el fin de la historia: El doctor Juan se graduó con honores, como no pudo estudiar en el pueblo, se fue a la capital donde consiguió una beca. Terminó a la novia por mediocre y ahora está felizmente casado con una cardióloga muy importante. Sus padres viven en una casa llena de flores que Juan les compró en el pueblo y ahora todos saben que todo empezó con un sueño. La ex novia, ahora vive en una casita del pueblo, no fue la novia más bonita, porque jamás lo soñó. 

Gracias, tu sabes quién eres, gracias por recordarme que tengo la capacidad de soñar. 
Pero muchas gracias, por demostrarme que puedo conseguir mis sueños.

¿Quieren saber quién es esta persona que me recordó que puedo soñar?
Les doy una pista: Será quien escriba el blog de la semana que viene. 

¿Ya despertaste? Si, podemos y debemos soñar despiertos.
Gracias por leerme.
José, 

A esta vida vine a vencerme.
Twitter: @JoseElPensador
(Otra vez soñador... aunque sueñe despierto.)
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Para dudas, comentarios y sugerencias de temas escribe a jandradel@hotmail.com
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