martes, 3 de mayo de 2011

El viaje de mi vida.

Escribir en un blog, es mandar un mensaje en una botella por el mar, no tengo idea de quién podrá leerlo, incluso no sé si será leído. Sin embargo, es importante para mí, compartirles las experiencias que he tenido en estos últimos meses, que por cierto han sido de los más importantes de mi vida.

Quiero invitarte a que emprendas un viaje peligroso, el viaje requerirá mucho compromiso y, por lo menos en mi caso, será una experiencia dolorosa y aveces desgarradora. El viaje comienza en ti mismo y terminará en una nueva persona, tu nuevo yo. Este camino empieza con la siguiente pregunta: ¿En qué creo?

¿En qué creo? ¿Por qué lo creo? No deseo que nadie deje de ser creyente o que se convierta en creyente, esa es una decisión personal, simplemente pretendo que cada persona analise sus creencias. Todas las religiones dicen tener la verdad y contundentemente declaran que todos los demás están equivocados. Pero hay un tema que no podemos dejar pasar: Todas las religiones se basan en creencias, todas, pero alguien confundió la palabra creencias, con la palabra verdades. Puedes creer lo que quieras, pero recuerda, son creencias, las verdades deben ser demostradas más allá de la duda razonable.

Como les he comentado algunas veces, desde niño busqué respuestas a mis preguntas, recuerdo la canción "Dime" de José Luis Perales, que dice: "Dime, por qué la gente no sonríe... ... Dímelo Dios, quiero saber dónde se encuentra toda la verdad, aun queda alguien que tal vez lo sabrá..."
Esta canción la recuerdo muy bien, desde chavito, pero apenas hace unos meses pude contestar esta pregunta. La verdad es que no hay verdad, no hay nada que sea para siempre. Por ejemplo, digamos que el blanco siempre será blanco. Bueno, probablemente siempre sea blanco para mis ojos, porque otras especies pueden ver otros colores que no sé que existan o quizá otras personas vean el blanco como yo veo el rojo. puede ser blanco para esta tierra, pero no sabemos qué sucede en otras partes del universo.

El que no haya verdad, no significa que no haya ética, que no haya consecuencias de mis errores, ese es otro tema. El punto al que quiero llegar, es que, en todo caso, hay una verdad: La que yo determine que es mi propia verdad. Muchas personas creen en lo que les dijeron, muchos creen en quienes creen, pero no les consta sus creencias.

Te invito a iniciar este viaje, su fin es tu libertad personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario