sábado, 1 de octubre de 2011

¿De dónde vienen las nubes?

Escribí esto hace muchos años, es parte de mi primer libro, espero que les guste.

¿De dónde vienen las nubes? Me hice esta pregunta por primera vez cuando tenía cinco años y pensé que no tendría importancia para un niño de mi edad, cualquier persona podría contestarme fácilmente de dónde vienen las nubes.

Don Juan, el dueño de la tienda me dijo: “Pues las nubes vienen de allá por donde sopla el viento” Nunca había escuchado una respuesta tan tonta, ahora también debería averiguar de dónde venía el viento.

Oye Mamá ¿De dónde vienen las nubes? “Pues las nubes vienen de... pues no sé, del mar, supongo.” Inmediatamente corrí a ver el mapa que está en el ático y traté de encontrar a mi país. Nunca me había fijado que hay mucho mar en el mundo, las nubes no pueden venir de tantos lugares. Es como si dijéramos que el sol viene del mar, ¡Es imposible! siempre amanece más o menos por atrás de la oficina de teléfonos.

¿De dónde vienen las nubes? Una pregunta tan sencilla y en todo el día no he encontrado la respuesta. Salí al jardín y vi algunas nubes correr muy rápido y otras apenas se movían, quizá hay nubes más jóvenes y por lo tanto más veloces; las más viejas son más lentas.

En el jardín me di cuenta de algo terrible, algunas nubes desaparecen lentamente, como sí dejaran de vivir de un momento a otro. Muchas nubes son extrañas, con formas de coches y de animales. ¿Vendrán las nubes de la casa de un escultor?

Oye Abuelo, ¿De dónde vienen las nubes? ¡Abuelo, te estoy hablando! Creo que ya se durmió y no me contestó. Así es mi abuelo, nunca tiene muchas ganas de jugar, pero no es lento como los viejitos, es fuerte, pero cuando no quiere hablar finge estar dormido.

¿De dónde vienen las nubes? ¡Qué pasa con la gente! ¿Por qué nadie quiere contestarme? Esa nube que viene desde allá por la montaña se mueve muy rara, como si se fuera de lado. ¡Que chistoso, esa nube baila! ¡Y es grande!

Papá, ¿Podrías decirme de dónde vienen las nubes? “Y eso a quién le importa, tengo mucho trabajo” –No sé qué le pasa a mi papá, siempre tiene la respuesta para todo, o siempre tiene preguntas para mis respuestas. Muchas veces creo poder solucionar sus problemas, pero nunca me ha preguntado a mí, quizá porque todavía soy niño.

Ayer, cuando fui con mi mamá a la escuela de mi hermano, corrí a su salón como siempre y cuando entré estaba su maestro. ¡Que señor tan grande! Mi hermano se puso muy rojo y le dijo que yo era su hermanito ¡Y sí seré tonto! Le pregunté a él también de dónde vienen las nubes. Me explicó que del ciclo del agua. ¿Qué es eso? ¿Qué es un siglo? No creo que nazcan cada cien años.

Las nubes deben venir de la tierra sin color, pues todas las nubes son blancas. ¿Todas las nubes son blancas? La otra tarde vi unas nubes amarillas, otras rojas y dos anaranjadas. Las nubes son de varios colores. ¿Habrá nubes azules? ¿O por qué en los dibujos de los niños de primaria son de ese color? Algunas nubes están aveces muy enojadas y cambian de color, se ponen rojas, rojas.

Ojalá pudiera ir hasta allá arriba y preguntarle a las nubes.... ¡Pero las nubes no hablan...! ¡Esa es la respuesta! ¡Las nubes vienen de arriba! ¡No! No todas las nubes vienen de arriba, todas aparecen primero por los sembradíos, lo más probable es que salgan de la tierra. ¿Será que las nubes son los puentes de los ríos? Pero eso no tendría chiste, porque los peces no podrían ir junto con las nubes.

Nunca encontré una respuesta satisfactoria, imaginé que las nubes no venían de ningún lado, siempre estaban en el mismo lugar pero algunas ocasiones dejaban que las viéramos y otros días se ocultaban. También me dijeron que eran el escondite de Dios, pues aunque siempre está atento a cada uno de nosotros, cuando es necesario pelear se esconde en las nubes para que no veamos la furia mostrada por Él para protegernos y por lo tanto las nubes vendrían del cielo.

Nunca encontré una respuesta satisfactoria y ahora sé la respuesta, pero cada hombre debe descubrir de dónde vienen las nubes y encontrará un toque de divinidad. Su existencia es en sí misma, un milagro.

¿Ya despertaste?
Gracias por leerme.

José,
A esta vida vine a vencerme.
Twitter: @JoseElPensador
(Ya no soy soñador, porque ya desperté)
Fuente: Confesiones de un moribundo (R)
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Para dudas, comentarios y sugerencias de temas escribe a jandradel@hotmail.com
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